Ya vimos los beneficios que nos puede traer el ayuno intermitente si lo aplicamos con cuidado y de manera responsable. Aún así puede ser que sea demasiado brusco dejar de comer durante un período tan prolongado de tiempo, por lo que ofrecemos algunos consejos:
Primer semana: Elimina los tentempiés luego de la cena.
Semana 2: Elimina comer entre comidas. Sólo come las tres comidas principales en tu día de ayuno, y ten cuidado con las porciones.
Hacia la tercer semana ya estarás en condiciones de eliminar el almuerzo y el golpe no será tan duro.
Flexibilidad: Tampoco es necesario que hagas de la cena tu única comida del día. Las comidas del día de ayuno no necesitan ser fijas. La clave es sencillamente evitar consumir calorías de 12 a 24 horas, y considerando que al menos 8 de esas horas las pasarás durmiendo, el shock al sistema no debería ser tan grande.
Si notas que después del ayuno comes una cantidad mucho mayor de alimento del que hubieras consumido de otro modo, entonces definitivamente este acercamiento no es para ti, y deberás intentar otra forma de bajar de peso. Además, utiliza el sentido común. Si no estás notando resultados, abandona el Ayuno Intermitente.
Lo bueno de este acercamiento es que te permite consumir el alimento que elijas una o dos veces a la semana, siendo uno el número ideal para esto. Así, no se estresará demasiado la voluntad y la disciplina, ya que sabemos que tenemos días de “permitidos”.
Primer semana: Elimina los tentempiés luego de la cena.
Semana 2: Elimina comer entre comidas. Sólo come las tres comidas principales en tu día de ayuno, y ten cuidado con las porciones.
Hacia la tercer semana ya estarás en condiciones de eliminar el almuerzo y el golpe no será tan duro.
Flexibilidad: Tampoco es necesario que hagas de la cena tu única comida del día. Las comidas del día de ayuno no necesitan ser fijas. La clave es sencillamente evitar consumir calorías de 12 a 24 horas, y considerando que al menos 8 de esas horas las pasarás durmiendo, el shock al sistema no debería ser tan grande.
Si notas que después del ayuno comes una cantidad mucho mayor de alimento del que hubieras consumido de otro modo, entonces definitivamente este acercamiento no es para ti, y deberás intentar otra forma de bajar de peso. Además, utiliza el sentido común. Si no estás notando resultados, abandona el Ayuno Intermitente.
Lo bueno de este acercamiento es que te permite consumir el alimento que elijas una o dos veces a la semana, siendo uno el número ideal para esto. Así, no se estresará demasiado la voluntad y la disciplina, ya que sabemos que tenemos días de “permitidos”.
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